domingo, 26 de febrero de 2017

El Retorno de la Crisis

El mundo ha cambiado. Lo escuchamos de Rajoy. Lo leemos en las noticias. Mucho se perdió hace diez años, pero nadie parece estar dispuesto a recordarlo. Todo comenzó con la forja de la gran burbuja inmobiliaria, una de las mayores ficciones que ni siquiera Spielberg podrá superar jamás. Esto llevó al delirio hipotecario subprime de los señores banqueros y a las nacionalizaciones hechas por la raza de los políticos que ansían, por encima de todo, el poder. Pero aquí no acaba todo, pues una nueva burbuja fue forjada en la tierra de Alemania, en los fuegos del Banco Central, el señor oscuro Draghi forjó el plan monetario regente, el Quantitive Easing (QE). En ese plan descargó todas sus soluciones mágicas, sus unicornios y su voluntad para “salvar” el mundo. Un plan monetario para gobernarlos a todos, un plan para encontrarlos, un plan para atraerlos a todos y atarlos en las tinieblas de la deuda.
Draghi, Señor Oscuro de Mordor, Nigromante, Hacedor de Anillos, Señor de Barad-dûr, el Gran Ojo Sin Párpados. 

 
Pero como dijo Jack el Destripador, vayamos por partes. La crisis, como ya dijimos en otro artículo, llegaría más tarde a Europa que a EEUU, que al fin y al cabo es el país más avanzado del mundo, tanto para lo bueno como para lo malo. Pero, ¿por qué hoy en día parece que la crisis ha desaparecido? Bueno, en parte sí ha desaparecido, pero resulta curioso como hace cuatro años estábamos tirándonos de los pelos y rogando clemencia a los dioses, mientras ahora estamos tan agustito como si aquí no hubiese pasado nada.
Algo que ha sido la tónica durante toda la crisis y que fue el inicio de la debacle han sido las nacionalizaciones, es decir, el aumento del gasto público y de por lo tanto de la deuda. Y he aquí la primera regla del manual de Política para Dummies del siglo XXI para aquellos que quieren agarrar un cargo público.
-Necesitamos alcanzar el poder, mi señor.
-Prometamos aumentar el gasto público.
-Pero Su Excelencia, no tenemos tanto dinero como para hacer eso y a la  plebe no le va a hacer ninguna gracia que les subamos los impuestos.
-Ay, mi jovencísimo aprendiz, mucho por aprender te queda aún. Emitiremos deuda como si no hubiera un mañana.
-Es usted brillante.




Deuda pública en España



Vamos a explicar la deuda como si un Estado se tratase de un agente económico normal, y no uno privilegiado y sobreprotegido. La deuda es comparable a la que cualquiera de nosotros puede contraer con cualquier entidad financiera, véase un banco al pedir un préstamo, estando por tanto atado a devolver dicho préstamo con intereses al final del plazo marcado. Está claro que nosotros no tenemos la legitimidad confiscatoria que posee el señor Montoro para poder extraer rentas de aquí y allá y, sin embargo, un Estado puede pedir prestado y confiscar a sus ciudadanos. Un fulano normal y corriente se puede convertir en acreedor de un Estado, comprando sus bonos (a 10 años, a 30 años…).
Por tanto, muchas de las principales potencias mundiales se han dedicado a endeudarse en proporciones abismales para poder financiar a sus gobiernos, sabiendo que salíamos de una gran recesión con una inflación inexistente: EEUU (105%Deud/PIB), Japón (240%Deud/PIB), Italia (130%Deud/PIB), España ( Francia (95%Deud/PIB), España (93%Deud/PIB) Reino Unido (90%/PIB). No obstante, al contrario de lo que creen los magos de la economía como los comunistas, los socialistas o Podemos, esta deuda no desaparece, se queda ahí hasta que finalmente se pague. Y de hecho, como habrás podido deducir, no parece haber realmente gran diferencia entre subir deuda o impuestos, ya que, como diría David Ricardo, al final, ambas van a ser pagadas por los mismos, the people (los mendas, para quien flojee con el inglés).

Esto tenía más peligro que Espinete vendiendo condones, hasta que de repente entra en escena nuestro salvador, nuestro héroe: El Banco Central Eropeo. Mario Draghi observó el percal y pareció no molarle ni un pelo que, pese a que los países se endeudaban cada vez más, el crédito y el movimiento de los monedos no se daba por aludido. Los bancos habían recibido tal paliza, regalando talones millonarios a vagabundos, que ahora no se atrevían a prestar talones ridículos ni a los millonarios. Por lo tanto, el 9 de marzo de 2015, el BCE tuvo una de las ideas más mágicas de la economía moderna, oigan, ¿y si compramos nosotros los títulos de deuda? Ascenso para el caballero.

Los objetivos de este plan de estímulos, el susodicho QE, fue el de depreciar el euro, relanzar la inflación y rebajar los tipos de interés para así impulsar la concesión de nuevo crédito y revalorizar las bolsas. Esto se conseguiría comprometiéndose a comprar, mes a mes, entre 60.000 y 80.000 millones de pasivos públicos (deuda publica estatal, soberana…) y privados (los bancos). De esta manera, el BCE, de manera artificial y sin necesidad de darle masivamente a la máquina de crear dinero, conseguiría aumentar el crédito y financiar a las entidades que se encargan de concederlo a los ciudadanos, eso sí, comprando sus activos tóxicos, endeudándose masivamente.

Hoy, tras más de un billón (con b) de euros en estímulos y una liquidez excesiva de más de 800.000 millones, lo cierto es que los objetivos estás muy lejos de cumplirse. Por un lado, los tipos de interés no hacen más que bajar artificialmente, debido a que el BCE ha roto la regla. Antes, los países con más necesidades de financiación y mayor riesgo pagaban un mayor tipo de interés, lo cual se define como Prima de riesgo. Pero con la financiación del BCE, los Estados se pueden despreocupar completamente, ya que son financiados a tipos de interés 0 e incluso negativos (volviendo a la locura de prestar dinero y tener que pagar por dicho préstamo). Lo que viene siendo una absurdez, un despropósito, un disparate, una incoherencia (¿queda claro, no?).

                                                                            


Por otro lado, la inflación está dando el resultado completamente contrario al esperado por el BCE, con un aumento muy leve de los precios (al contrario que la monumental subida que espera Lord Draghi). Esta ligera subida se debe al incremento del precio de bienes que son precisamente los que ralentizan la economía y no ayudan mucho a vivir mejor, como es el caso de las materias primas, véase el petróleo.



Uno de los objetivos que sí que se ha cumplido ha sido una leve revalorización de las bolsas. Sin embargo, este más que una ventaja, se convierte en un inconveniente, ya que pese a los bajísimos tipos de interés, que descartan cualquier opción de rentabilidad en renta fija, los inversores han ido obligados a buscar los beneficios en la renta variable, manteniéndose esta sin embargo más plana de lo que se preveía, incluso disminuyendo en algunas potencias europeas.


Finalmente, el único objetivo que realmente se ha cumplido es la devaluación del euro, ya que de algún sitio salían todos los cheques expedidos por el BCE, multiplicando la base monetaria desde 1,3 billones de euros hasta más de 2 billones en apenas 18 meses. Sin embargo, esto no está sirviendo para acelerar el crédito bancario o aumentar la inflación, sino que está engordando las reservas bancarias, ya que la gran mayoría de esta masa monetaria no va a parar a la economía real, de lo contrario tendríamos una burbuja terrible e irremediable.
 
           A este paso por un euro no te van a dar ni el aplauso del público


En definitiva, el mundo se endeuda de una manera jamás vista en la historia, ante unos tipos de interés jugosos y elecciones a la vista. El BCE ayuda a estos Estados sobreendeudados con su economía pendiendo de un hilo, sin darse cuenta de que solucionar la vida mágicamente no ayuda a que los Estados inviertan mejor estas enormes cantidades de dinero, sino que incitan al pasotismo de creer que si no miras la deuda no está. Con esta política favorecen la creencia de que siempre estará papá BCE para ayudarte y llorar cuando necesites un préstamo multibillonario. La realidad es mucho más dura, el QE antes o después acabará, y al igual que la FED ya sube tipos de interés en EEUU, aquí tarde o temprano también ocurrirá. Cuando eso ocurra, cuando realmente los tipos vuelvan a subir y la inflación campe a sus anchas y el euro reaccione, los Estados se encontrarán con una monstruosa burbuja en forma de deuda, la cual, por no haber hecho los deberes a tiempo, nunca se podrán quitar de encima. La Economía nos ha otorgado una segunda oportunidad para hacer las cosas bien, para transformar esta burbuja en una oportunidad y remediar y aprender de errores del pasado. Pero si no lo hacemos, si perpetuamos nuestro sobreendeudamiento sin reformas estructurales, sin bajadas de impuestos o sin adoptar cualquier otra medida que el propio Señor Oscuro repite conferencia tras conferencia, como si de una pesadilla o déjà vu se tratase, las quiebras, volverán.


Esto es todo por hoy joven padawan. Somos El club de la Economía y siempre aquí estaremos. No es una amenaza, pero volveremos.

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