domingo, 12 de marzo de 2017

Cláusulas suelo, Estiba y tiro porque llega el TJUE

Hoy en día, hay una palabra que está en boca de todos. Una expresión, a veces para sustantivar, otras para adjetivar, pero que sin ninguna duda, la usamos de forma despectiva. Tendemos  a definir, a diestro y siniestro, con dicho calificativo venido de las profundidades del inframundo. Sí, hablamos del populismo.
El artículo que se viene hoy no pretende ser popular, y probablemente no sea la mejor estrategia para hacer amigos, pero si algo no somos en El Club de la Economía, si algo rechazamos, aparte de Abraham Mateo y a Karl Marx, es el populismo.

Hoy vamos a hablar y a contar la verdad, solo la verdad y nada más que la verdad sobre las famosas recientes sentencias sobre las cláusulas suelo y la estiba del Tribunal de la Justicia de la Unión Europea (TJUE), y sobre el mal olor que estas han dejado en nuestra sociedad. Comencemos.

Antes de nada, pongámonos al día rápidamente. ¿Qué es una clausula suelo? Y ¿Qué es la estiba?
Las clausulas suelo se refieren a términos contractuales incluidas en las famosas hipotecas. Por un lado estarían las Clausulas suelo, que no son más que aquellas en las cuáles se fija un tope mínimo de intereses que los clientes de los contratos hipotecarios pueden llegar a pagar. Esto se debe a que, aquellas hipotecas contratadas con interés variable, varían su tipo de interés siguiendo el euríbor (media de tipo de interés de la UE). Durante muchos años se mantuvo con variaciones no muy significativas, e incluso subidas. Sin embargo, sobre todo desde la Crisis de 2008, el euríbor comenzó a caer, debido en gran medida a la política de estímulos del BCE, lo cual llegó incluso a situarlo en negativo a partir de 2015. Fue entonces cuando los clientes notaron como los tipos de interés bajaban, mientras que sus hipotecas se mantenían invariables. En España estas cláusulas suelo son ilegales, debido a que, al igual que en la estafa de las preferentes, el Tribunal Supremo considera que los bancos exponen las condiciones escondidas en contratos de difícil o imposible comprensión por parte del ciudadano común. Se declaró su nulidad y carácter abusivo por sentencia del Tribunal Supremo de 9 de mayo de 2013, aunque se limitaron las cantidades a devolver por los bancos. Finalmente el TJUE ha dictaminado, en sentencia inapelable, en contra de la limitación de la retroactividad de la nulidad de las cláusulas suelos por lo que los bancos y cajas de ahorro están obligados a devolver TODO el dinero cobrado ilegalmente por las cláusulas suelo desde la firma de la hipoteca inmobiliaria para la adquisición de vivienda. Esta resolución retroactiva, significó una caída de la banca española al día siguiente de la resolución, del 10%, y significará una devolución de más de 6.000 millones.
Por otro lado, aunque comprensiblemente menos habitual y problemático, se encontrarían las Clausulas techo, las cuales esta vez limitan con un tope máximo, los intereses que los clientes pueden llegar a pagar.
Y por último, tendríamos las Clausulas cero, la cual surge a partir de la absurda situación que ya conocemos de euríbor en negativo, en la cual pagas por prestar dinero al vecino.

Aquí observamos al pueblo (los trabajadores de la banca no forman parte)


La estiba, sin embargo, se trata de la actividad de distribución y colocación adecuada de la carga en una embarcación. ¿Cuál es el problema? Que mientras el sueldo medio de la economía española ronda los 22.000€ anuales, el sueldo medio de un estibador es de 70.000€. Si a esto le añadimos que esto ocurre mientras padecemos más de un 18% de paro, esto empieza a oler mal. Pero si le añadimos que estos trabajadores (6.000) no requieren unas cualidades ni aptitudes excepcionales, y que lo último que se estaba planteando era requerir una FP, esto ya huele fatal.

Investigando un poco, lo cual muy bien hizo el TJUE antes que nosotros, se puede apreciar donde está el problema. El sector de la estiba, desde tiempos dictatoriales, se encuentra hiperregulado y con una contratación totalmente intervenida y proteccionista. De esta se encarga la SAGEP, eligiendo que trabajadores han de ser contratados por las empresas y cuáles no, convirtiéndose en un intermediario por el que necesariamente se ha de pasar, y el que claramente no permite la libre contratación, violando numerosos derechos como la igualdad, discriminando en cada proceso de selección.

Y aquí hay que dejar algo claro, al igual que el precio de un bien depende de la oferta y la demanda entre agentes económicos, el sueldo de un trabajador depende de hasta que salario un trabajador estaría dispuesto a recibir como ingreso. No cabe ninguna duda de que cientos de españoles, estarían completamente dispuestos a recibir 60, 50, 40, 30 e incluso 20.000€ si me apuras. Pero esto no se permite, se cierra la competencia, por lo que el TJUE pretende liberalizar dicha contratación, desde exactamente el 11 de Diciembre de 2014.

Y os estaréis preguntando “Vale, si la sentencia es de hace 3 años, ¿A qué viene ahora todo este pescado?” pues, he aquí la cuestión. Llevamos desde 2014 incumpliendo la sentencia del TJUE, suponiendo una multa de 27.500€ por cada día de incumplimiento, que para que os hagáis una idea, acumulamos ya unos 11.000.000€ de multa. Seguramente ahora, cabreados e impotentes, muchas palabras malsonantes saltaran de vuestras bocas, ante semejante pasotismo y gestión. Lo que seguro que no os ha venido a la mente, y lo que realmente, ha supuesto el problema y lo más horrible desde el principio, es la palabra malsonante correcta: Populismo.

Tenemos ante nosotros 2 sentencias completamente diferentes del pobre TJUE, que simplemente se ha limitado a hacer su trabajo:  ver la realidad, estudiarla y actuar en consecuencia, reafirmando, como es el caso de las clausulas suelo, sentencias ya existentes. Pero entonces ¿Dónde está el maldito problema? Sigo sin entenderlo, dímelo ya y ahórrame más sufrimiento!

Unos cuantos estibadores reclamando su derecho a llevar el pan de cada día a sus respectivas chozas (70.000€)


El problema, como no, de nuevo estaba entre nosotros. Y se llama Populismo judicial. Esto demuestra cuán importante son nuestros políticos y cuan condicionado esta nuestro poder judicial “nacional e independiente” que ni es una cosa ni es la otra. Populista y con “la gente”. 
Bien que la sentencia sobre las clausulas suelo, incluso teniendo que violar principios básicos del derecho, como cargarse la retroactividad, aplicándose a casos anteriores a la resolución, y, por otra parte, aportándose razones completamente absurdas para su supuesta ilegalidad, como tratarse de cláusulas abusivas, estando sin embargo estipuladas claramente en cada contrato y existiendo equilibrio al haber también clausulas techo. De hecho, a nadie se le obligó a contratar una hipoteca con tipo variable, si los clientes no hubieran estado seguros o no les hubiera quedado algo claro, que hubieran contratado una a tipo fijo o que, simple y llanamente, no hubieran contratado. Es más, se supone que eran necesarias unas simulaciones para hacer entender la posible variación de tipos de interés en el tiempo. Esto es igual de absurdo como que, mañana, al vender tu colección de cromos en Wallapop, tengas que mostrar un gráfico con la posible variación de su valor en el futuro. Pero qué más da, rápidamente recibió un apoyo político y judicial ipso facto, ya que significaba apoyar a unas pobres personas, convirtiéndose rápidamente en buenos samaritanos, redistribuyendo el pan de los malvados y ricos accionistas y especuladores de un puñado de bancos infernales, hacia el pueblo celestial y bueno por naturaleza. De nuevo, el político de turno “salvándonos la vida”.

Sin embargo, por otra parte, la sentencia sobre la estiba, al significar mayor competencia, libre mercado y al final de cuentas, capitalismo, esta vez no fue tan apoyada. Y no solo no fue apoyada, sino que durante casi 3 años fue incumplida, sucumbiendo ante la amenaza de que, cada día de huelga en el sector de la estiba, significan 50 millones menos que entraban en las arcas del estado, y que Montoro no puede hacer pasar por sus garras. 
Llegando a la absurda situación de ciertos grupos políticos (Podemos, PSOE) que por el día celebraban y apoyaban la sentencia sobre las clausulas suelo, y por la noche exaltan su más profunda demagogia, criticando y denunciando la "terrible e injusta" sentencia sobre la estiba. Sin darse cuenta de que, lo que estaban haciendo, no defendía ningún interés general ni bien común, excepto el de 6.000 estibadores, cobrando la mayoría de  ejecutivos, directivos y jefes de sucursal bancaria, con sus más de 5-6 años de experiencia, como media, menos que un estibador.
Es curioso que, incluso en estos casos, aquellos que se ponen la etiqueta de defensores del pueblo, haciendo valer su populismo, y que se manifiestan en contra de estos banqueros chorizos multimillonarios, van a conseguir muchos más despidos y paro del que son capaces de imaginar. Si realmente quisieran defender a la clase trabajadora, tratarían de abrir los ojos, y defenderían a los cientos de miles de trabajadores cuyas vidas dependen directamente del sueldo de Bankia, Santander, BBVA... Como siempre, el populismo va a destrozar más vidas que las que defiende, tratándose de vidas inocentes, frente al sobreprotegido y elitista sector estibador.

Nada nuevo al final del túnel. Se castiga el libre fallo humano, se perpetúa la coacción y la injusticia.


Esto es todo por hoy joven padawan. Somos El Club de la Economía y siempre aquí estaremos, no es una amenaza, pero volveremos.

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