Por estos lares hablamos de cosas que trascienden a nuestros
sentidos y nos llevan a buscar la comprensión de misterios infinitos de la
existencia. Preguntas como: ¿por qué a Hulk se le rompe toda la ropa menos los
pantalones? ¿La tortilla con o sin cebolla? O ¿qué demonios hay que hacer si
ves un animal en peligro de extinción comiéndose una planta en peligro de
extinción? Preguntas cuyas respuestas sólo las tiene Dios o el creador del
Trivial Pursuit. Pero hoy toca hablar de algo que, al igual que la segunda
parte de Independence Day, a primera vista no resulta muy atractivo, pero que
si te fijas bien es absolutamente espantoso: los mercados financieros.
La actualidad sobre los mercados financieros está hasta en la
sopa, así que, aunque a simple vista no guste mucho, sí que parece importante.
Haciendo un esfuerzo vamos a explicar un poco de qué va la cosa y por qué puede
llegar a ser interesante
Para empezar, estos mercados financieros operan en un entorno de
libre mercado, es decir, los precios de los activos siempre se rigen por la
oferta y la demanda confiando plenamente en la libre interacción de compradores
y vendedores, o regulados, en una economía planificada.
En un primer momento este mercado era un sitio físico donde la
gente se reunía para pedir préstamos, hipotecas o comprar y vender acciones.
Wall Street sin ir mas lejos empezó siendo en el siglo XVIII una simple calle
adyacente al muro que marcaba el límite norte de Nueva York (de ahí que sea
“calle del muro”). Hoy en día, sin embargo, vivimos en un mundo totalmente
digitalizado y podemos vender rublos o comprar en la bolsa de Hong Kong sin
levantar las posaderas del sofá de casa.
Un mercado financiero no es como el Mercadona o la verdulería de
al lado de tu casa. Los que participan en un mercado financiero no lo hacen con
la intención de consumir los productos que adquieren, sino de obtener un
beneficio a partir de este. El beneficio puede obtenerse de múltiples formas:
comprar un activo y mantenerlo buscando rentabilidad, comprar un activo y
venderlo a un precio superior... Asimismo, hay un sinfín de mercados
diferentes, como el Forex, que comercia con divisas, el mercado de acciones, el
mercado de materias primas, pasando por los mercados primarios y secundarios,
nacionales, internacionales y demás.
De hecho, la actividad financiera aporta tantas oportunidades
actualmente que es posible ganar dinero hasta cuándo el mercado se hunde. Sí,
habéis oído bien: hasta cuando baja el mercado puedes ganar. Esto se llama
operar en corto. La actividad financiera puede aportar tantas oportunidades,
que actualmente no sólo es posible comprar un activo y venderlo cuando es más
caro, sino que también se permite realizar la inversa, vender algo que no
tienes, generando una obligación de compra posterior, en la cuál tu no
esperarás comprar a un mayor precio, sino que querrás que el precio caiga.
Estos mercados financieros fueron creados por nada más y nada
menos que los bancos. Como ya hablamos en este artículo, las finanzas son esa
parte de la economía que estudia el dinero y los bancos fueron los que
comenzaron esta actividad financiera mediante la creación del cociente de caja,
que esconde una gran mentira que tenemos que creer. Vamos a explicarlo con un
ejemplo: Paco va a su banco de “confianza” y decide abrir un depósito, en el
que ingresa 10.000€. Estos capitalistas, muy astutos ellos, aplican un
coeficiente de caja del 10%, por lo que 1.000€ de Paco se quedarán en el Banco
y 9.000€ serán usados para nuevas actividades financieras, como préstamos. Por
lo que al siguiente día viene Juan y pide un préstamo de 9.000€ y lo vuelve a
depositar en el banco, el cual volverá a aplicar este 10%. Lo que
indirectamente se está produciendo, es que se está creando dinero artificialmente,
que realmente no existe, ya que con que tan sólo a este banco acudan 5 clientes
más, de los 10.000€ iniciales y reales que depositó Paquito, hemos creado más
de 40.000€, que no es material, no existe, es completamente fiduciario y se
basa en la confianza de que a la gente un día no se le va a ir la olla, y van a
reclamar todo su dinero al banco “de confianza”, ya que este no existe.
Para finalizar, un mercado financiero perfecto sería aquel que
posee una gran amplitud y profundidad y una libertad plena, sin barreras de
entrada y salida, ni injerencias estatales y con total flexibilidad y transparencia.
Estas características esenciales fueron más o menos quebrantadas en su momento
y gracias a ello se produjo la crisis de 2008 (os sonará Lehman Brothers :D).
Pero ya hablaremos de esto en otro momento. Al final la solución para todo es
sólo una cosa: la Libertad.
Esto es todo por hoy, joven padawan. Somos el Club de la
Economía y siempre aquí estaremos. No es una amenaza, pero volveremos.
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