domingo, 11 de junio de 2017

Los entresijos de la Bolsa




Probablemente habrás oído alguna vez el término “bolsa”, y no, no nos referimos a la bolsa que usas en el Carrefour, nos referimos a la bolsa de valores. Y es que hasta tu perro ha oído hablar de la bolsa alguna vez. Lo primero que uno piensa cuando le hablan de este término es en pantallas gigantes con números subiendo y bajando, y un montón de gente gritando a los cuatro vientos “¡Compro!”, “¡Vendo!”, “¡Como compres acciones de Bankia te desheredo!”, cual zoco marroquí. Por ahí van los tiros, pero tiene más tela el asunto, así que vamos a hablar un poco de ello.





 Empecemos dejando claro que la bolsa existe porque, como en todo mercado, existen personas que quieren vender cosas y personas que quieren comprarlas. De hecho, la bolsa se encuentra en el colofón final en cuanto a mercados se refiere. En un principio, solo existían personas que compraban y vendían sus productos entre sí. Más tarde, determinadas personas descubrieron que uniéndose lograrían vender más, aumentando sus beneficios, por lo que surgieron así las primeras empresas. Ya en el siglo XVII llega un punto en que existen empresas tan grandes que no pueden estar de aquí para allá vendiendo sus productos para financiarse o pidiendo préstamos al tío Gilito. Finalmente, los holandeses, muy vagos ellos, para ahorrarse todo este esfuerzo inventaron un complejo sistema por el cual, vendiendo parte de su propia empresa en pequeños cachitos iguales, conseguirían mucha más financiación, mucho más rápido. Esta compañía, pionera en cuanto a mercados financieros se refiere, pasó a la historia como la Compañía Neerlandesa de las Indias Orientales y emitía deuda en forma de negocio rentable, lo cual se conoce hoy como bonos u obligaciones

Hoy en día, el sistema es mucho más complejo. Solamente las Sociedades Anónimas pueden participar de este gran teatrillo, lleno de ira, lujuria, avaricia, soberbia y algún que otro pecado capital más. Estas acuden a la bolsa de valores con el único objetivo de conseguir financiación, pero no como muchas personas piensan. Muchos creen que las acciones que se encuentran en el mercado son de las propias empresas, y que según estas suban y bajen, vendan y compren, el valor de la compañía será mayor o menor. Esto no funciona así, y para facilitar las cosas, trataremos de explicarlo con un sencillo ejemplo.

En este ejemplo van a participar cuatro sujetos: un pescador (representando a Santander SA), un mercader pesquero (en su papel de JP Morgan), el mercado del pueblo (en su papel de IBEX 35) y unos pueblerinos (actuando como brokers sedientos de Wall Street). Este buen hombre pescador, comienza a ganar fama en el pueblo y comienza a correr la voz de que su pescado es sin duda el mejor del mundo. Esto llega a los oídos del mercado pesquero que le ofrece firmar un contrato, por el cual el pescador se compromete a ser el proveedor oficial de dicho mercado (mercado primario), siendo este mercader el encargado, a su vez, de vender este pescado a los pueblerinos, en la plaza del pueblo (mercado secundario), ofreciéndole a cambio una cuantiosa suma de dinero, con el cual el pescadero podría ampliar su flota.

Entonces, ¿realmente a las empresas no les importa lo que suceda en la bolsa? ¿Es realmente un circo? Rotundamente no. Directamente, a resultados contables y sonantes, a una empresa solo le afecta a su bolsillo las acciones que se hayan comprado a sí mismos (sí, suena un poco como a retuitearse a sí mismo). Hay empresas que pueden tener una autocartera del 5%, como las hay que pueden tenerlo del 60% (como, por ejemplo, Amancio Ortega). Pero son casos rarísimos. El propio Bill Gates no posee más del 3% de Microsoft (que es una pasta).

Sin embargo, y es aquí donde sí que hay preocupación, ¿qué sucede cuando las acciones de una empresa llegan a 0? Pues sencillamente, que el grifo se ha cortado. Ya han dejado de salir billetes. Tus padres han llegado, y la fiesta se ha acabado. Desde ese momento, es la propia empresa la que responde de las deudas, ya que no reciben ni un céntimo de financiación externa. En conclusión: la empresa quiebra, pues ya nadie confía en depositar ni un céntimo más en ella.

La bolsa, por tanto, es un mercado financiero y como en todo buen mercado se compran y venden cosas. Sin embargo, no son solo acciones lo que se compra y se vende en bolsa. En este lugar, cuya sede está en Wall Street, se pueden comprar y vender cosas casi de todo tipo:
- - Índices: estos son como una “cesta” donde se meten las empresas con mayor liquidez o que tengan cosas en común, un ejemplo de estos índices es el IBEX 35
- - Divisas: monedas de todo tipo y lugares. También se incluyen aquí monedas como el Bitcoin que está revoltoso últimamente
- - Materias primas: creo que no hace falta explicación, puedes comprar bushels de trigo, lingotes de oro o comprar por 50€ un barril de petróleo y sentirte todo un jeque árabe
- - Instrumentos de deuda: con este producto compras deuda y a cambio te proporciona un ligero beneficio (o no, pero eso es otra historia) después de X años, como los bonos de Estado
- - Productos derivados: algunos productos derivados son CFD, futuros, opciones… Hay bastantes, así que trataremos cada uno adecuadamente en otra ocasión. Los productos derivados no se compran realmente, sino que se trata de pura especulación. Estos productos derivados tienen, no obstante, unas implicaciones, que explicaremos a continuación.


Este puedes ser tu por solo 50€

Hay una sana diferencia entre ser accionista de una empresa, e invertir en acciones en bolsa como productos derivados. Para empezar, citando a Milton Friedman, “el mercado es realmente el único mecanismo con una democracia perfecta. Tan perfecto que cada acción supone un voto”. Quién más acciones posea de una compañía, automáticamente tendrá más poder de decisión sobre esta. Las acciones también otorgan otra serie de derechos, como participar en las reuniones, vetar ciertas decisiones o recibir los dividendos que esta empresa pueda ofrecer. Vamos, todo un lujo para el inversor inteligente.

Sin embargo, si compras acciones como producto derivado, olvídate de ser el dueño del Banco Popular con lo que llevas suelto para comprar el pan, ya que, solo estás especulando con la diferencia que vaya a sufrir el precio de la acción, me explico: tú al comprar un CFD de petróleo, por ejemplo, no estás comprando realmente el barril de petróleo, estás comprando y especulando que el precio subirá o bajará, así pues, el beneficio te llega de la diferencia que haya sufrido el valor real del petróleo. Por lo tanto, si compras acciones como producto derivado no posees esas acciones realmente, por lo que no tienes derecho a dividendos, ni participas en reuniones ni toda la pesca de antes. Lo bueno de trabajar en derivados es que, al invertir en cosas de mentirijilla se puede usar dinero de mentirijilla. A esto se le llama apalancamiento. Y no, no es apalancarse en el sofá a ver el futbol, que sé que se os da bastante bien. Esta herramienta es bastante útil a la hora de operar con productos derivados, ya que permite que puedas invertir 1000 € cuando solamente tienes 100 €. Por ejemplo, supongamos un apalancamiento 1:10, esto quiere decir que por cada euro que inviertes (de tu propio bolsillo), estás invirtiendo diez gracias al bróker. Esto hace que el apalancamiento sea una herramienta de doble filo. Y es que, si bien puedes conseguir diez veces más en ganancias, también puedes perder diez veces más de lo invertido,(el límite lo pone tu cuenta) así que andaos con cuidado con el apalancamiento. Para que después digan que ya no se conceden créditos ni prestamos…

Estas compras no se hacen directamente, como pueda hacer cualquiera en el Mercadona, sino que solo lo pueden hacer determinadas personas o entidades que tienen legalmente permitido realizar estas operaciones directamente en la bolsa y actuar de intermediarios entre el vendedor y el comprador. Estas personas o entidades son, como ya te estabas imaginando mientras lo leías (o no), los brókers. Estos brókers son los mediadores entre la bolsa de valores y el comprador o inversor, es decir, si tú quieres comprar acciones de Facebook, vas a necesitar de un bróker para que mande tu operación a la bolsa. A cambio, el bróker recibirá una prima por la operación. Hay muchos tipos de brókers, acciones, derivados… pero esa ya es otra historia.




Esto es todo por hoy joven padawan. Somos el Club de la Economía y siempre aquí estaremos. No es una amenaza, pero volveremos.
Santiago Melchor Co-Desarrollador

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